Contraste entre la renuncia de Horacio Cartés a la presidencia y la nueva política en Colombia.
Como Jano, el dios de la mitología romana cuya efigie tenía dos rostros contrapuestos, la política latinoamericana mostró dos caras que representan sus respectivas antípodas. Pero no porque una exprese la izquierda y la otra la derecha, sino porque una implica la novedad política de la decencia y la concordia como banderas, mientras que su reverso encarna la astucia turbia y sin límites éticos en la búsqueda de poder.
Las banderas de la decencia y la concordia flamearon en las urnas de Colombia, mientras que su contracara se mostró, indecorosa, en la atribulada política de Paraguay.
En la efigie latinoamericana de Jano, un rostro fue el del matemático y académico que logró un sorprendente tercer lugar en la elección presidencial de Colombia, con un discurso inaudito en la región por su calidad ética. En el rostro contrapuesto apareció Horacio Cartes, presentando su renuncia a la presidencia de Paraguay. Leer más